Últimos días de la muestra del fotógrafo Jacinto Alonso en el Museo de Historia, en el marco de Fotonoviembre


La exposición, que permanece abierta al público hasta el día 15 de diciembre, ofrece imágenes de familias de Lanzarote de finales del XIX y principios del XX

Tenerife – 11/12/2017. El Museo de Historia y Antropología de Tenerife acoge hasta el próximo viernes [día 15], la muestra ‘A través del cristal. Jacinto Alonso y la fotografía en la Isla a principios del siglo XX’. Se enmarca en Fotonoviembre, y se centra en una colección fotográfica inédita cedida por la familia Andueza Alonso, de más de doscientas placas de cristal de finales del siglo XIX y principios del siglo XX realizadas por el fotógrafo de Lanzarote Jacinto Alonso Martín (1877-1948).

La muestra está comisariada por Miguel Ángel Martín y Mario Ferrer, y ha contado con un amplio proceso de investigación en el que los historiadores Mario Ferrer y Arminda Arteta han consultado numerosos fondos documentales y fuentes orales para descubrir más de la polifacética y enigmática figura de Jacinto Alonso, un fotógrafo ambulante propietario de tierras en Tinajo que también ejercía de barbero-sangrador, cobrador de impuestos, especialista en armas y veterinaria

Prácticamente desconocido para muchos especialistas, Alonso es un redescubrimiento muy relevante para el patrimonio cultural e histórico de Lanzarote. El archivo conservado por la familia Andueza Alonso está llamado a ocupar un espacio central en el imaginario de la Isla, porque documenta un periodo de tiempo del que apenas hay colecciones significativas y lo hace a través de fotografías de gran fuerza estética.

La exposición sobre esta figura cuenta con un amplio número de autores actuales que, en una parte de la muestra, han sido invitados a versionar determinadas imágenes de Jacinto Alonso desde los campos de la fotografía y el audiovisual. Estos autores contemporáneos son Gerson Díaz, Ginés Hernández, Rubén Acosta, Aida Etxeberría y Fernando Robayna.

Jacinto Alonso Martín

Nació entre 1877 y 1879. Vivió su juventud en el pueblo lanzaroteño de Tinajo. Fue un hombre habilidoso que desempeñó oficios diversos: ejerció como veterinario y dentista, practicó sangrados, reparó armas de fuego y recaudó impuestos. Durante décadas recorrió Lanzarote haciendo fotografías por encargo. Así, retrató campesinos, políticos, altos cargos eclesiásticos, comerciantes de la burguesía insular y supo mirar un espacio público todavía virginal. Algunas de sus imágenes se publicaron en la prensa española de principios del siglo XX. Fue un autor con mirada de escenógrafo, enemigo de la improvisación y diseñador de estudiadas composiciones teatrales. El resultado de su trabajo se ha conservado en una colección de placas de vidrio que documentan una sociedad superviviente.

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