Últimos días de la exposición ‘Aguas de la calle’, del fotógrafo Tato Gonçalves


  • La muestra puede visitarse hasta el día 9 de enero en la Casa-Museo León y Castillo de Telde

La Casa-Museo León y Castillo de Telde acoge hasta el día 9 de enero la exposición ‘Aguas de la calle’, en la que el fotógrafo Tato Gonçalves realiza una mirada artística de las obras realizadas por el hombre para vencer la falta de este recurso a lo largo de la historia.

Esta muestra, abierta el pasado 6 de octubre en el marco de las XI Jornadas de la Cultura del Agua, puede visitarse de manera gratuita de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas como ya hicieron desde su apertura más de 600 personas.

En ‘Aguas de la calle’, el fotógrafo hace un repaso, a través de casi una docena de grandes  imágenes en blanco y negro, de esos lugares mágicos de la Isla que testimonian la diversidad de obras hidráulicas realizadas por el hombre en aras de su supervivencia, como escaleras de vértigo en las presas, agua corriendo en las acequias o escaleras, estanques abandonados. Es decir, una pequeña muestra del rico y variado patrimonio hidráulico de Gran Canaria.

Las fotografías transportan al visitante hasta la presa de Chira y a la de Soria, en la que pueden verse desde arriba sus infinitas escaleras que se adentran en lo más profundo de estas dos grandes construcciones, y también la presa de Las Garzas, en Guía.

Las imágenes también trasladan a las emblemáticas escaleras del agua en el Paseo de Canarias, en Firgas, donde este preciado líquido siempre corre junto a los nombres de cada uno de los municipios de la Isla, y también al estanque seco de la abandonada Finca de San Rafael, en Telde, y a otras acequias en Firgas o a estanques en Gáldar.

A través de su visión personal Tato Gonçalves hace un homenaje a esa agua de la calle, aquella que le recuerda a su madre avisando de que había agua de la calle para aprovechar este escaso recurso décadas atrás en Gran Canaria para darse una ducha sin restricciones de tiempo cuando llegaba de la playa.

En definitiva, en esa relata en parte la historia de los grancanarios, ese recuerdo de la falta de agua y de sus limitaciones que tuvo lugar hasta hace muy pocas décadas, y lo hace mostrando la belleza de este recurso en diferentes momentos, ya sea corriendo o quieta, al igual que esas construcciones que hizo el hombre en su deseo y necesidad de retenerla. 

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