Se cumplen 40 años del asesinato del exbeatle John Lennon en Nueva York


El exintegrante de los Beatles John Lennon fue asesinado en la puerta de su casa, en Nueva York, tal día como hoy de hace 40 años. Era un 8 de diciembre de 1940 cuando Mark David Chapman, un admirador desencantado con problemas de salud mental, le disparó cinco tiros en la puerta de la casa que compartía con Yoko Ono cuando regresaban tras haber estado en el estudio de grabación. Sólo unas horas antes, Lennon había firmado a Champan una copia del álbum Double fantasy

El cantante de Liverpool, líder de los Beatles junto a Paul MacCartney, tenía 41 años en el momento de su asesinato. Ya había abandonado la histórica banda inglesias y en el momento de su asesinato estaba preparando un nuevo álbum junto a su esposa, la artista Yoko Ono. El músico hubiese cumplido el pasado mes de octubre 80 años.

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Lennon ha pasado a la historia como el músico que revolucionó el pop y la cultura popular mundial en los años 60, además, de como un gran impulsor del activismo pacifista. No obstante, siempre quedará la duda de hasta donde hubiese llevado Lennon su implicación política en caso de no haber sido asesinado. 

Chapman continúa a día de hoy en prisión y recientemente se le ha negado por undécima vez la libertad condicional. Hace apenas unos meses, desde la prisión, Chapman difundió una grabación en la que pide disculpas por su acción y asegura que no ha dejado de pensar en su «despreciable acto».

Nacido el 9 de octubre de 1940, en Liverpool, en medio de uno de los recurrentes bombardeos de la Alemania nazi a su preciado puerto, Lennon fue producto de su tiempo y de su propia historia familiar, marcada por el abandono de sus padres y las exigencias de su tía, encargada de su educación, para que diera respuesta a los mandatos sociales de la época.

John transcurrió su infancia tironeado internamente por la herencia del espíritu libre heredado de su padre Alfred, un marino amigo de la diversión; y del desparpajo de su joven madre Julia, quien delegó su crianza para poder rehacer su vida; y las severas reglas fijadas por su adorada tía Mimi.

John Lennon (AP)

En una ciudad y un contexto en el que solo el fútbol y el humor aparecían como alternativas para los jóvenes de eludir un inexorable destino familiar, Lennon encontró en el arte su válvula de escape; primero a través del dibujo y las historietas, y luego en el rock and roll y la rebeldía que encarnaban Elvis Presley y James Dean, respectivamente.

El sueño de replicar el furor de Elvis en su tierra natal tomó forma cuando conoció a Paul McCartney, un joven con asombrosa destreza para la música, y lo incluyó en el aficionado grupo que había formado con compañeros de su colegio.

Tras varios años embrionarios marcados a nivel personal por los severos reproches de su tía para que encauzara su vida y por la trágica muerte de su madre, de la que fue testigo-, la banda, a la que había bautizado como The Beatles y que completaban George Harrison y Ringo Starr, estaba lista para conquistar al mundo.

Sin embargo, así como en su vida personal se debatía entre las exigencias de Mimi y su espíritu rebelde, Lennon mostró signos de disconformidad hacia los mandatos que el mundo del entretenimiento concentraba en el grupo, que hacia la primera mitad de la década del `60 ya era un fenómeno mundial.

Reparos

En medio de la efervescencia juvenil y el desparpajo que suponía la irrupción del nuevo orden que simbolizaba The Beatles, John se animaba a plantear reparos, a través de algunas canciones como Help! o I´m a loser; y de algunas actitudes y declaraciones provocativas que podían tener como blanco a «indiscutibles» como la Reina de Inglaterra o el propio Jesucristo.

El verdadero Lennon iría mostrando sus cartas con el correr de los años, a nivel musical con exploraciones psicodélicas, producto de su amor por el surrealismo y el consumo de drogas lisérgicas; y en el plano social, con posturas radicales que dejaban de lado los esfuerzos por agradar al público más conservador.

La segunda mitad de los ´60, cuando los jóvenes que lo habían tomado como un ícono comenzaron a impulsar cambios profundos en la sociedad, la llegada a su vida de Yoko Ono, su gran amor, abrirían las puertas para que el artista encontrara su rumbo definitivo.

La vanguardista artista japonesa fue la gran responsable de la deconstrucción del músico, quien no solo se animaría a experimentaciones sonoras que lo alejarían poco a poco de sus compañeros de grupo, sino que también radicalizarían su discurso político.

El despojo final de los mandatos tradicionales estaría dado por el viraje de Lennon hacia el feminismo. Su romance con Yoko suponía la ruptura de su primer matrimonio con Cynthia Powell, la abnegada novia de la adolescencia con la que se había casado cuando supo que esperaban un hijo y a quien mantuvo relegada en todo sentido.

Deconstrucción

El joven que había escrito canciones como Run For Life, en la que le decía a su chica que «prefería verla muerta en vez de con otro hombre» y de la cual abjuraría más adelante; transitó un proceso que lo llevó en 1972 a componer Woman Is The Nigger Of The World o a lamentar poco antes de su muerte no haber incluido a Yoko como coautora de Imagine, su tema más emblemático, por presiones sociales y de la industria.

Más allá del camino recorrido, la honestidad brutal en su música fue la gran constante en la trayectoria de Lennon, lo que se reflejó en discos como Plastic Ono Band, de 1970, su primer trabajo post-Beatles; o en Sometime in New York City, de 1972, su álbum más politizado.

La citada deconstrucción de Lennon tuvo su punto culminante cuando en 1975 abandonó la actividad para dedicarse de lleno a la familia que conformaba con Yoko y Sean, el hijo de ambos; luego de años marcado por excesos y enfrentamientos con el gobierno estadounidense de Richard Nixon, país en donde se había radicado.

Su efímero regreso en 1980 con Double Fantasy mostró a un artista con líricas y una estética sonora lejos del riesgo y la vanguardia encarada años atrás; más orientado a sus antiguos seguidores que a seguir ofreciéndose como emblema de cambios sociales.

Sin embargo, Lennon ya era una leyenda y solo restaba el accionar criminal de un lunático a quien su arte había fascinado para que naciera el mito más grande de la música popular contemporánea.


Fuentes:

Publico.es y vos.lavoz.com.ar

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