Santiago Gil abre las Fiestas del Rosario con un pregón cargado de literatura y emoción


Vegueta es una eterna vibración del alma, y creo que solo vivimos cuando vibramos y sentimos que somos algo más que carne y hueso, y son el amor y la belleza los que dan sentido a nuestra existencia. Tratemos de mantener siempre a salvo a Vegueta de la especulación y del olvido para que siga siendo bella y siendo nuestra».

Con esta declaración de intenciones dejó claro ayer el escritor Santiago Gil lo que siente por el barrio viejo de la ciudad, durante el pregón abrió anoche las Fiestas del Rosario. Gil, que paseó en su relato por las calles adoquinadas junto a escritores como Cairasco de Figueroa o Benito Pérez Galdós, entre otros muchos e ilustres, también derramó sus propios recuerdos y sensaciones y quiso dedicar su disertación a Chiqui Castellano, su pareja, tristemente fallecida, que fue directora del Museo Canario y una apasionada de Vegueta.

La plaza de Santo Domingo sirvió de partida para el recorrido literario y emotivo del periodista. «Siempre imagino a Bartolomé Cairasco de Figueroa cruzando el Guiniguada después de salir de la tertulia dedicada a Apolo Délfico -que organizaba en su casa, donde hoy destaca su busto, en la plaza que lleva su nombre – para recorrer estas calles en las que él intuiría que se acabaría escribiendo buena parte de nuestra historia», evocó. «Y por esas aceras caminan Benito Pérez Galdós y Fernando León y Castillo, dos niños soñadores que acaban de salir del colegio San Agustín y que aún no saben qué les deparará el futuro».

Pero hubo más protagonistas de esta película: «Hay un poeta que acaba de conocer el diagnóstico fatal de la tuberculosis mirando hacia los laureles de indias de la plaza de Santo Domingo. Se llama Alonso Quesada y espera por su amigo médico, otro poeta llamado Tomás Morales, para preguntarle por la vida que le espera y por los versos que acaba de improvisar tratando de engañar a la muerte».

Pero hubo mucho más y el público que asistió al acto pudo transitar por el barrio con un grupo ideal para una ecléctica fiesta, desde Jorge Oramas a Agatha Christie, Josefina de la Torre, Pancho Guerra, Carmen Laforet, Néstor Álamo, Manolo Millares y hasta Gregory Peck y John Huston.

En su pregón también hubo espacio para la visión personal. Como si de un Street View se tratara, Santiago Gil cogió el mapa de Vegueta y se deslizó por sus rincones extasiado por su belleza. «Para vivir Vegueta has de perderte entre sus calles y en plazas como San Antonio Abad, donde se establece el lugar en el que se fundó la ciudad, visitar sus museos como el CAAM, diseñado por el arquitecto Saenz de Oiza, que cuenta con la mejor colección de arte moderno de la Isla y con una terraza desde que la que puedes mirar a los Riscos y a las calles de Vegueta con una perspectiva diferente; la sala de San Antonio Abad y, por supuesto, la Casa de Colón, otro de los referentes museísticos de la capital, con todos los datos del paso del almirante por Gran Canaria, colecciones permanentes de pintura, exposiciones temporales y una fachada que con el paso de los años se ha convertido en uno de los iconos más reconocibles de la ciudad».

Sin embargo, el momento más emotivo fue cuando el pregonero se acordó de dos personas muy especiales para él, ambas fallecidas. Por un lado, el bibliotecario Juan Alberto Hernández García, JuanBe, muy querido en el barrio y por todos los que le conocieron; y Chiqui Castellano Suárez. «Este pregón va dedicado a ella, que está aquí, porque está siempre cerca de quienes amó y de quienes tuvimos la suerte de poder amarla», declaró Gil.

Tras las palabras del escritor de Guía, que arrancaron un aplauso cerrado del público, tuvo lugar una actuación musical del grupo Tabaiba y la entrega del reconocimiento Vegueteros de Honor al equipo de fútbol Sporting de San José y a doña Antonia Rodríguez Perera.

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*Publicado en La Provincia

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