Retratos, maternidades y expresiones, el espejo mágico de Geño Aguiar


Por María Victoria Padrón Martinon //

Tres meses han transcurrido desde que tuvimos la ocasión de conocer la primera recopilación del trabajo dibujístico de Geño Aguiar mediante una serie de vídeos editados, con la destreza que caracteriza, por Adolfo Aguiar: Arquitectura urbana (29 de mayo), Personajes Populares (4 de junio) y, finalmente, Retratos, maternidades y expresiones, cuya mayor complejidad temática ha exigido dilatar el tiempo de proyección.

Como si de un espejo mágico se tratara, se nos van desvelando diferentes estados del alma humana: martirizada por los acontecimientos o sorteándolos con templanza, navegando en la concentración musical o desafiante en su protección maternal.

El estudio de manos complementa la expresividad del semblante: lo ocultan, acarician o envuelven en su desesperación, o bien, de forma insolente, ejercen su preponderancia y se erigen en protagonistas de la obra.

Nuestro mundo occidental ha fomentado la figura humana como centro del arte plástico y, en este sentido, el retrato implica la supremacía de un rostro, bien como símbolo de poder encarnado en el hombre, o como instrumento de propaganda religiosa o política. En el caso de Eugenio Aguiar la retratística se circunscribe a la esfera del recuerdo, como medio de conservar o idealizar una imagen, al rescate tanto de facciones cotidianas como de otras enfocadas desde una amplia perspectiva temporal.

Como podremos observar, las obras recopiladas en este trabajo audiovisual alternan tres técnicas artísticas: plumilla, grafito y bolígrafo, si bien no siempre de forma independiente. De hecho, algunos retratos delatan el uso conjunto de plumilla y grafito, a la par que, en ocasiones, el artista se decanta por una u otra técnica, atendiendo a la firmeza de los rasgos faciales que deberá representar. La opción del bolígrafo como vehículo artístico es minoritaria en el conjunto de esta obra, y responde al interés del dibujante de valerse de esta joven técnica para resaltar su fuerza y calidad.

Ocasionalmente, a fin de conseguir un difuminado satisfactorio, Eugenio Aguiar se vale de la presión de sus dedos o del esgrafiado. El primer recurso es válido para el grafito, mientras que la segunda técnica puede emplearse también en la plumilla.

De nuevo composiciones de Erik Satie marcarán la pauta musical. En esta ocasión las Gnossiennes números 5 y 6 se desplegarán como fondo sonoro.

Editor: Adolfo Aguiar

Foto del artista: Edmundo Machín

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