Recuperar la primitiva denominación oficial de Guía de Gran Canaria


Recuperar la primitiva denominación oficial de Guía de Gran Canaria

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El actual nombre de la localidad, Santa María de Guía, aprobado hace 56 años, sustituyó al nombre oficial por el que se conoce el municipio desde su fundación por Sancho de Vargas

Pedro González-Sosa

Hace unos años -creemos recordar que fue en 2008- se reunió en Guía el Consejo Municipal de Patrimonio Histórico y ante los muchos asuntos tratados de indudable interés para el municipio, figuraba un informe enviado por este cronista, haciendo uso de las prerrogativas que el cargo le otorga, en el que insistía ante aquella institución la necesidad de lograr, de una vez, el cambio de denominación oficial de la ciudad y su Ayuntamiento de Santa María de Guía, que corresponde al nombre de la parroquia igualmente nacido desde que Vargas fundara a principios del s. XVI su iglesia, por el histórico de Guía de Gran Canaria resumiendo algunas de las muchas razones que se tienen al alcance de la mano para afianzar aún más las que pudieran ser necesarias para el cambio.

En aquella ocasión presentamos las razones a la mentada Comisión de Patrimonio Histórico, que fue aceptado por los presentes, incluidos los representantes de otros partidos políticos que formaban parte de la corporación municipal de la localidad.

Por lo que vimos en aquella época, al parecer se tuvo la idea de realizar una encuesta vecinal acerca de la idea sobre la que no recordamos ahora cuál fue el resultado, aunque nos parece que la cuestión es de decisión exclusiva de la Corporación.

Ahora que ha vuelto a ser elegido alcalde Pedro Rodríguez (lo prometido es deuda, señor alcalde) insistimos de nuevo sobre el tema al que le hemos dedicado bastantes años desde la época de la alcaldía de Óscar Bautista, y sucesivamente ante el resto de quienes han regido el municipio, hemos venido sugiriendo ante las distintas corporaciones de forma oficiosa la necesidad de recuperar la primitiva denominación oficial o topónimo con el que desde su fundación por Sancho de Vargas se conoció nuestra localidad y que no es otro que el de Guía de Gran Canaria, según se puede constatar de los numerosos documentos, léase testimonios, conservados en el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas procedentes de las distintas Escribanías o Notarías allí establecidas ya desde principios del siglo XVI, y sobre los que obviamos acompañar fotocopia por ser numerosos y estar al alcance de cualquier curioso comprobarlo.

No obstante obran en nuestro poder fotocopias de algunos extractos de testimonios de principios del siglo XVI y XVII, conservados en dicho archivo y recogidos en nuestro libro sobre la Historia de Guía, en los que constan que desde sus orígenes fue siempre Villa de Guía en la Isla de Gran Canaria y nunca Santa María de Guía, que sí lo era la iglesia.

Dicha nominación ya surge en el año 1526 cuando los vecinos de la ciudad de Gáldar protestan ante los reyes por el nombramiento de Fernando Alonso de la Guardia como primer alcalde, desgajándose el pequeño y todavía incipiente núcleo poblacional de la entonces primera localidad patria del Guanarteme que lo consideraban como uno de sus «barrios». A partir de aquel momento la documentación «oficial» imperante en la época cita nuestro municipio (reiterada de forma insistente en los protocolos de la época) como «la villa de Guía en la isla de Gran Canaria», aunque es cierto que tomó lo de Guía de la advocación mariana establecida allí por su fundador al levantar la primitiva ermita.

Consta, pues, que desde aquellos tiempos inmemoriales se la denomina así constantemente aunque con el paso de los años se fue simplificando hasta quedar solo en todos los documentos como la Villa de Guía de Gran Canaria, incluso cuando en 1871 Amadeo I le otorga el título de Ciudad.

Así, pues, en los citados testimonios de la época, y en adelante, se inicia la redacción de aquellos situada la Escribanía en la «Villa de Guía en la isla de Gran Canaria», denominación que se convierte en norma habitual no solo en dichas notarías sino al citarla cuantas autoridades reales, nacionales o insulares hacen mención a la localidad norteña.

Pero en una desafortunada decisión del año 1963 que contó con la anuencia de toda la corporación municipal el alcalde Rafael Velázquez García tuvo la ocurrencia de iniciar expediente para cambiar la denominación y lograr que a partir de aquel momento pasase a ser oficialmente ciudad de Santa María de Guía hasta nuestros días.

Curiosamente contó con la oposición del entonces recordado párroco Bruno Quintana Quintana, según nos lo contó personalmente, al considerar, coincidiendo con nuestra postura, que «Santa María de Guía» es el nombre o título de la Parroquia y que la localidad se llamó siempre, y debía llamarse de nuevo, como «Guía de Gran Canaria».

Incluso el archivero municipal Sergio Aguiar nos insinúa que en algún momento advirtió un documento –que ahora va a buscar con mayor interés-, respecto a que en 1963 el Cabildo Insular de Gran Canaria se opuso al cambio de denominación, pero las presiones que en aquellos tiempos ejercitaban los mandatarios locales que solo dependían del gobernador civil que los había nombrado, logró sacar adelante su propósito.

Por todas estas razones, y otras que llegado el caso fuere necesario aportar, consideramos desde hace mucho tiempo que –como lo ha logrado La Aldea de San Nicolás y nos dicen que es un proyecto idéntico para recuperar el de Puerto de Cabras, capital de la isla de Fuerteventura- nuestra ciudad debe recuperar su primitivo topónimo o nombre oficial de Guía de Gran Canaria así conocido a partir el siglo XVI.

Y se aduce como pintoresco complemento que si en 1963 fue fácil cambiarle la denominación que ostentaba desde hacía más de cuatro siglos al tramitarse en los Ministerios estatales, mucho más fácil lo puede ser hoy pues la actual Santa María de Guía tiene escasos cuarenta años y su tramitación depende del Gobierno Autónomo de Canarias, que suponemos no encontraría obstáculo para recuperar la identidad histórica de nuestro municipio.

El debate, pues, vuelve a abrirse y ojalá ahora el Ayuntamiento lo tome en serio.

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