Israel Jiménez y Elisa Pinto Abreu presentan nuevas exposiciones en La Casa de los Coroneles


El Espacio Cultural La Casa de los Coroneles exhibe desde el viernes 3, a partir de las 10.00 horas, dos nuevos proyectos expositivos elaborados por creadores canarios: ‘100 años en Aqueronte’, de Israel Jiménez,  y ‘Llámalo introspección’,  de Elisa Pinto Abreu. Ambas muestras hurgan en lugares profundamente íntimos y vulnerables como la autopercepción y relación con el propio cuerpo, en el caso de Pinto Abreu, o la sentimentalidad implícita en ciertos objetos materiales y su relación con trascender al tiempo y la muerte, en las pinturas de Jiménez. Ambas propuestas permanecerán en sala hasta el 5 de febrero del 2022.

¿Qué objeto te llevarías a la tumba?

Una de las prácticas funerarias más comunes en la Antigua Grecia consistía en colocar una moneda en la lengua, o en uno de los ojos, de la persona difunta. Este rito tenía como fin pagarle a Caronte, el barquero encargado de transportar las almas, su viaje hacia un nuevo mundo. De no recibir ningún pago, el fallecido permanecería cien años vagando por la orilla del río Aqueronte. Lejos de una mirada siniestra, y haciendo uso de la naturalidad y la belleza, Israel Jiménez (Las Palmas de Gran Canaria, 1983) ideó este proyecto inspirándose en este mito y creó ‘100 años en Aqueronte’ .

Para el proceso, el artista preguntó a distintos modelos qué objetos llevarían al más allá. Las elecciones, que podemos observar al contemplar cada uno de los retratos que componen la muestra, fueron diversas: desde juguetes de la infancia, a una nota escrita a mano, un gato de la fortuna o una joya regalada por el primer amor. ‘Mi trabajo habla de la historia emocional de los objetos y del amor que tenemos hacía ellos y las personas o momentos que nos evocan’, apunta el artista.

En 2009, durante su etapa universitaria, Israel Jimenez conoció a un profesor que pedía como última voluntad que su alumnado llenase el nicho donde sería enterrado con obras que tuviesen relación con su enseñanza. Desde entonces, su línea temática ha continuado por ese sendero, llegando a un grado tal de naturalidad que podemos encontrar un retrato de su propia hija en la serie. ‘Entiendo la muerte como algo profundamente científico, pero también cultural y folclórico’.

El cuerpo como una casa llena de amabilidad y dudas

De otra parte, después de varias experiencias académicas lejos de casa, Elisa Pinto Abreu (Santa Cruz de Tenerife, 1994) inició un proyecto expositivo en el que, a través de la pintura, plasma la autopercepción del propio cuerpo y de las experiencias corporales. ‘Una de mis principales inspiraciones fue el momento de intimidad en el que nos quitamos la ropa’, apunta la artista. Desde la serie Retorcerse en bucle hasta Homúnculos, nos encontramos una misma figura en la que alterna su materia física, su volumen, morfología y posibilidades, transitando diferentes emociones y reacciones ante una mirada propia y ajena.

Sensorial y armónica, la pincelada de la joven pintora muestra una mirada al cuerpo femenino desde el autoconocimiento y la intuición artística. Imágenes figurativas que, en ocasiones, rozan la abstracción a través de trazos y proporciones alejadas del patrón real. Fotografías que documentan el proceso creativo necesario para la elaboración del proyecto.

‘Para algunos de mis trabajos me sentaba y me abrazaba a mí misma, me sentía cómoda conmigo. En otros, el momento vital era más complicado y de ahí nacen obras cargadas de otra energía’ La obra de Pinto Abreu muestra el cuerpo de la mujer desde una mirada propia, ante un legado artístico y cultural que se adueñó de él desde la otredad y cosificación. ‘Con esta exposición doy por cerrada esta etapa creativa. Me apetece experimentar otras áreas’, apunta esta joven autora cuyo potencial promete seguir sonando y creciendo.

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