Gómez Soliño pregona las Fiestas del Cristo: La Laguna, ‘ciudad del trabajo, el estudio y la ciencia’


El presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País defiende que esta cita festiva “nos ofrece una buena oportunidad para renovar nuestra determinación para vencer al virus”

“En estos tiempos de crisis climática y pandémica, es fundamental contribuir a crear un clima positivo, adoptar un enfoque optimista respecto de nuestro porvenir, sabiendo que, con visión prospectiva, y con ánimo constructivo podemos imaginar y preparar un futuro donde queden superadas las actuales frustraciones. La Laguna, ciudad del trabajo, del estudio y de la ciencia, está bien preparada para eso”. Con estas palabras, el profesor José Gómez Soliño, lanzó un mensaje de esperanza en el futuro como hilo conductor de las Fiestas del Cristo 2021.                      

El acto celebrado en la noche de este miércoles en el Teatro Leal, marca oficialmente el comienzo de la fiesta grande de La Laguna, una cita que, tras el paréntesis que supuso el año 2020, recupera buena parte de su programa de actos, si bien todavía condicionados por las medidas de seguridad que exige la actual situación sanitaria.

La lectura del pregón anunciador congregó a numerosos representantes de entidades civiles, militares y religiosas, entre los que se encontraban el presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos; el obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez; el esclavo mayor de la Esclavitud del Cristo, Francisco Doblas González de Aledo;  la rectora de la Universidad de La Laguna, Rosa María Aguilar; y la mayor parte de los miembros de la corporación municipal.

Rubens Ascanio, en su condición de alcalde accidental, presentó al pregonero de las fiestas, “asturiano de nacimiento y lagunero de adopción y de vocación”, como una persona que “representa como nadie lo mejor de la idiosincrasia lagunera, su generosidad y cercanía, (…) con un espíritu ilustrado, su carácter cosmopolita y su afán de conocimiento. Nuestra sociedad respetuosa y diversa se refleja perfectamente en personas como José Gómez Soliño”.

El pregonero comenzó su intervención asegurando que en torno a la imagen del Cristo “icónica figura que ha ido vertebrando los anhelos de los laguneros a través de su historia (…) celebramos la vida, celebramos aquello que hace de nosotros una comunidad singular, celebramos el legado de quienes nos precedieron y el valor de las tradiciones recibidas, y miramos esperanzados hacia un futuro que imaginamos prometedor.” 

La situación actual generada por la pandemia pivotó alrededor de todo el pregón. “Como en otras ocasiones en el pasado, una pandemia inesperada se ha abatido sobre nosotros aportando inseguridad, incertidumbre e inclemencia a nuestras vidas. (…) Algún día habrá que extraer las lecciones de este penoso proceso para estar mejor preparados en todos los aspectos frente a futuras epidemias”, y citó a Pasteur como ejemplo de que religión y ciencia no tiene por qué estar reñidos: “Determinación, confianza y solidaridad son otra forma, secular esta vez, de expresar las tradicionales virtudes teologales fe, esperanza y caridad”.

Gómez Soliño insistió en que “el ciclo festivo que ahora comienza nos ofrece una buena oportunidad para renovar nuestra determinación para vencer al virus, nuestra confianza en que el fin de la pesadilla que nos aqueja está cada día más próximo, y nuestra solidaridad con aquellas personas y grupos sociales menos favorecidos, a quienes la pandemia que padecemos ha afectado de forma intolerable. Son tiempos para el optimismo. Este es el mensaje que cabe extraer de la figura emblemática que da sentido a las fiestas de septiembre en nuestra ciudad”, en referencia a la imagen del Cristo.

Haciendo gala de su condición académica, Gómez Soliño reivindicó el papel de la ciencia “como la mejor solución para superar las dificultades que nos esperan”, citó al poeta Antonio de Viana para resaltar “el valor del conocimiento como motor del desarrollo”, y aseguró que “La Laguna se ha desarrollado a través de su historia como una ciudad del estudio y de la ciencia”.        

Al mismo tiempo, habló de “la dimensión utópica” que ha estado con frecuencia asociada a La Laguna desde su fundación. “Es el lugar donde se han fraguado o se fraguan los sueños de innumerables personas hoy esparcidas por el mundo. En ella se han gestado los proyectos vitales de los miles de estudiantes universitarios para quienes su estancia en la ciudad ha representado el período de siembra de sus respectivas trayectorias profesionales. Y en ella, con mayor intensidad que en muchas otras, se han dejado sentir las aspiraciones colectivas de las sucesivas generaciones de jóvenes insatisfechos con la sociedad en que vivían. El anhelo de un país más justo y democrático, de un mundo más fraternal e igualitario, y de un mayor respeto a la diversidad y al entorno, ha sido una constante.”

Esta dimensión utópica de la ciudad explica su adopción como plataforma de manifiestos y declaraciones de alcance internacional, como por ejemplo la ‘Carta de La Laguna’, impulsada en 1994 por Jacques Cousteau y que dio lugar a la Declaración Universal de los Derechos de las Generaciones Futuras, adoptada por la Asamblea General de la ONU.

En su discurso, el también ex rector de la Universidad de La Laguna recordó el vínculo del estamento militar con las fiestas. “Hace un siglo, exactamente el 14 de septiembre de 1921, salía de nuestra ciudad rumbo a la guerra de Melilla la Batería de Artillería de Montaña de La Laguna. Eran 160 hombres enviados a luchar en una guerra muy sangrienta en el norte de Marruecos. (…) Antes de su partida el grupo lagunero se encomendó a la protección del Cristo de La Laguna, prometiendo honrar sus procesiones si volvían sanos y salvos. Y eso fue lo que sucedió. (…) Tradiciones como esta son las que confieren un carácter singular a nuestra ciudad”.

Una ciudad que se construye “a base del esfuerzo y el tesón de sus habitantes, que, individualmente o asociados en entidades cívicas, contribuyen a su progreso al tiempo que fortalecen el sentimiento comunitario de la misma”.

“Tenemos mucho que celebrar. Celebramos la vida que nos anima; celebramos la amistad que nos alienta; celebramos el mundo en su belleza; y celebramos la continuidad de la ciudad que nos acoge. Pronto habremos de atender a las dificultades y frustraciones que nunca faltan, a las injusticias e inequidades que nos sublevan. Pero, mientras tanto, disfrutemos. Disfrutemos de la música, disfrutemos de los fuegos, disfrutemos de ese amplio programa festivo que ha preparado el Ayuntamiento”, concluyó el pregonero.  

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