‘Fronterizos’, el club de lectura de la Biblioteca Insular, aborda la novela ‘La espuma de los días’, de Boris Vian


·       El día 7 de noviembre, a las 19. 00 horas, se analiza la citada obra de este creador múltiple, definida por algunos como “la más desgarradora de todas las historias de amor contemporáneas” 

Las Palmas de Gran Canaria, 6 de noviembre de 2017.- La Biblioteca Insular del Cabildo de Gran Canaria desarrolla el día 7 de noviembre, a partir de las 19.00 horas, otra  sesión del club de lectura denominado ‘Fronterizos’, orientado a un público situado en una franja de edad entre los 18 y los 30 años, dispuesto a devorar un tipo de literatura que actualmente sigue conservando su ADN transgresor con el propósito de ayudarnos a afrontar los desafíos que la sociedad actual exige.

Coordinado por Armando Javier Álamo Ramírez y Kevin Jesús Rodríguez Brito, ambos alumnos de Fin de Grado en Lengua Española y Literaturas Hispánicas de la ULPGC, el citado club de lectura se ocupará del célebre título ‘La espuma de los días’, del escritor francés Boris Vian, publicado por primera vez en 1947. A pesar de que el libro, considerado como “la más desgarradora de todas las historias de amor contemporáneas”, fue promovido entre otros por Raymond Queneau y Jean-Paul Sartre, que publicaría algunos extractos en ‘Les Temps Modernes’, no tendría éxito en vida de Vian.

Sin adscribirse a ninguna tendencia y sin dejarse encasillar en ninguna escuela ni corriente, la obra de Boris Vian (1920-1959) puede resultar huidiza a la vez que cargada de una honda angustia vital, la angustia del tiempo destructor, del deterioro, de la muerte, a través de un universo insólito, descabellado y fascinante.

Casi veinte años después de la muerte de su autor ‘La espuma de los días’ se convirtió en uno de los  best-sellers de la literatura francesa y hace cuatro años fue llevado al cine por el director  Michel Gondry, aunque la novela conoció su primera adaptación al cine en el emblemático 1968, dirigida por Charles Belmont (fallecido en 2011). El éxito le llegó con el paso del tiempo y hoy ocupa el décimo lugar de una clasificación, establecida en 1999 por los lectores del diario Le Monde, de las “100 mejores obras de la literatura francesa”.

El tono festivo, la fantasía de los juegos verbales, la creación de un universo fantástico e insólito son los instrumentos que relatan en un tono agridulce una tragedia de la más depurada sencillez, un drama en el que los personajes son víctimas inocentes de la más despiadada y ciega fatalidad.

Inmersos en su universo peculiar donde cualquier cosa es posible, Colin y Chloé, Chick y Alise, son dos jóvenes parejas de amigos que comparten locuras y extravagancias, creencias y proyectos, diversiones y pesares, alegrías y frustraciones. Un día, sin embargo, todo cambia: un nenúfar empieza a crecer en el interior de Chloé y, tras los primeros instantes de sorpresa, un manto de melancolía parece cubrir la viveza de todos.

«Sólo existen dos cosas: el amor en todas sus manifestaciones con hermosas muchachas, y la música de Nueva Orleans o la de Duke Ellington. El resto debería desaparecer, porque el resto es feo…», escribe Vian en el prólogo a ‘La espuma de los días’, con casi toda probabilidad, una de sus mejores novelas.

Como señala Carlos Gámez, Boris Vian, a parte de la profesión de ingeniero y virtuoso de la trompeta jazzística, legaba a los 39 años un testamento literario, novela, poesía, teatro, música, crítica, cabaret, ópera y un cancionero, provocador y sensible, que había alimentado a algunos de los representantes de la llamada Chanson Rive Gauche, y que acabará dejando un rastro coloreado por artistas como Magali Noel- la exuberante y felliniana Gradisca de Amarcord-,Henri Salvador, Serge Reggianni, Mouloudji, Juliette Gréco, Yves Montand , Petula Clark, Joan Baez, y que llega hasta nuestros días con los tributos de un Andy Chango o un Benjamin Biolay poniéndose el disfraz de dandi insolente cantando ‘Je suis snob’.

“Autor e intérprete de títulos tan dispares como Le deserteur, proclama antimilitarista que le valdrá las iras de la censura y de la derecha en los años de la guerra de Indochina o Je bois, declaración amorosa de principios etílicos, Boris Vian construye en un breve periodo de tiempo un cancionero, se estima en cerca de 500 canciones, mientras deambula con curiosidad e insolencia por los más diversos géneros musicales. Parte de este legado está recogido ahora en los tres volúmenes que acaba de publicar Universal Music France con el titulo L’écume des nuits, que nos revela con fuerza la figura y la obra de este creador que iluminó a la vez que desacralizaba la escena cultural de la Europa de postguerra”, señala Gámez.

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