Filmoteca inicia en Multicines Tenerife un ciclo de Lotte Reiniger, pionera del cine de animación



  • La primera proyección será mañana, jueves 8, con una presentación a cargo de la coordinadora de programación de Animayo, Diana Quintero

 

  • Nacida hace cien años en Berlín, las películas de Reiniger están realizadas con siluetas recortadas con tijeras, a modo de sombras chinas animadas

 

·        Las sesiones son de libre acceso para el público

 

Filmoteca Canaria, en colaboración con Damián Perea Producciones, el Festival de Cine de Animación, Efectos Visuales y Videojuegos (Animayo) y Goethe Institut de Madrid, rinde homenaje en los meses de junio y julio al arte de las tijeras de Lotte Reiniger (1899-1981), artista alemana pionera en el cine de animación. La primera película se proyectará mañana, jueves 8, a las 19.00 horas, en Multicines Tenerife, en La Laguna y será presentada por la coordinadora de la programación de Animayo e historiadora de Arte, Diana Quintero, que hablará de la singular técnica artística y cinematográfica de Reiniger.

 

La retrospectiva incluye sus mejores películas como “Las aventuras del príncipe Achmed”, o varios cortos que se proyectarán bajo títulos genéricos ‘Cuentos Clásicos’ y ‘Óperas y leyendas’. En la sesión de mañana se proyectará el documental ‘El arte de Lotte Reiniger’ y de los cortos ‘Diez minutos con Mozart’ (1930) y ‘Una noche en el Harén’.

 

La artista alemana Lotte Reiniger nacida en Berlín en 1899 cultivó, hasta alcanzar la más absoluta perfección, un arte singular: el de las siluetas recortadas y luego animadas gracias a los trucos cinematográficos. Con unas tijeras y papel negro era capaz de crear universos hechizados, criaturas maravillosas, mágicas alfombras voladoras, hacer aparecer demonios malévolos o crecer palacios voladores desde la nada. Fue cineasta y musa de la vanguardia alemana de los años 1920.

 

Con su película de animación con siluetas “Las aventuras del príncipe Achmed” creó en 1926 uno de los primeros largometrajes animados del mundo. Reiniger desarrolló, ya entonces, la técnica y la estética de este género precursor. Sin embargo, su obra ha sido ignorada por el gran público durante muchos años. En la adolescencia asistió a una conferencia del director Paul Wegener («El estudiante de Praga», «El golem»), y quedó entusiasmada con sus comentarios en los que destacaba las posibilidades fantásticas de la animación. Fue a través de Wegener como entabló contacto con un taller berlinés de películas animadas experimentales, donde realizó en 1919 su primer filme de siluetas titulado «El ornamento del corazón enamorado». Allí fue también donde conoció a Carl Koch, con quien se casaría en 1921 y quien haría de director ejecutivo en la mayoría de sus películas y cortos de animación.

 

Lotte Reiniger

 

Comenzó a trabajar en el cine siendo aún adolescente, de la mano del actor y director Paul Wegener. Éste, tras haber observado la habilidad con que Reiniger recortaba papeles para crear delicadas siluetas durante un taller de teatro, le propuso realizar los intertítulos de su película “El flautista de Hamelin” (Der Rattenfiinger van Hamelin, 1918). Encantado con el resultado, fue el mismo Wegener quien la puso en contacto con un grupo de jóvenes entusiastas y algo excéntricos que tenían la intención de crear un estudio de animación experimental en Berlín. Les dijo: «Por el amor de Dios, libradme de esta loca de las siluetas. Las hace muy bien y están pidiendo a gritos que alguien las anime. ¿No podéis hacer una película con estas siluetas, de la misma forma que se hacen los dibujos animados?». Y lo hicieron.

 

Gracias al éxito de su trabajo y a la recomendación de Wegener, consiguió ser admitida en el Institut für Kulturforschung (Instituto de Investigaciones Culturales), un estudio berlinés dedicado a las películas de animación experimentales. Allí realizó su primera película de siluetas, Das Ornament des verliebten Herzens («El ornamento del corazón enamorado», 1919). En dicho estudio conoció también a Carl Koch, con quien se casaría en 1921, y que colaboraría con ella en casi todas sus películas.

 

En los años siguientes realizó seis cortometrajes, todos ellos con producción y fotografía de su marido. Al mismo tiempo, trabajó en anuncios publicitarios (la agencia de publicidad Pinschewer contrató a varios animadores abstractos durante la República de Weimar) y en los efectos especiales de varios largometrajes de imagen real (en particular, diseñó la silueta de un halcón para una secuencia onírica de la primera parte de Die Nibelungen, de Fritz Lang). Durante esta época, Reiniger se convirtió en el centro de un amplio grupo de ambiciosos animadores alemanes.

 

En 1923, se le presentó una oportunidad única. El banquero Louis Hagen, admirador de su obra, le ofreció financiarle un largometraje, que realizaría en un estudio construido encima de su garaje, cerca de su casa. El resultado fue Die Abenteuer des Prinzen Achmed («Las aventuras del príncipe Achmed»), terminado en 1926, el más antiguo largometraje de animación que se conserva,2 con una trama que es un pastiche de varias historias relacionadas con Las mil y una noches. La película tuvo éxito tanto de crítica como de público, Reiniger se anticipó en una década tanto a Walt Disney como a Ub Iwerks en utilizar la cámara multiplano para ciertos efectos

 


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