Fallece el artista Juan Hidalgo, Premio Nacional y Premio Canarias de Bellas Artes


El Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) del Cabildo de Gran Canaria ha informado del fallecimiento del ilustre artista canario Juan Hidalgo Codorniú, Premio Nacional de Artes Plásticas, Medalla de Oro de la Bellas Artes y Premio Canarias de Bellas Artes, que «lamenta profundamente», como todos los que tuvieron la fortuna de conocerlo como persona y como artista.

Los restos mortales del artista se trasladarán al CAAM, donde el público podrá rendirle homenaje este miércoles, día 28 de febrero, de 8.00 a 20.00 horas.


El pintor, poeta, músico y fotógrafo Juan Hidalgo fallece a los 90 años en su casa de Ayacata

IKER SEISDEDOS. EL PAÍS

El músico y artista conceptual Juan Hidalgo, único superviviente del núcleo fundador del legendario grupo ZAJ, murió ayer a los 90 años en Ayacata, recóndita localidad de la isla de Gran Canaria. Allí vivía desde hace más de dos décadas junto a su marido, Carlos Astiarraga, y un montón de perros y gatos a cuya cría se dedicaban.

Hidalgo (Las Palmas, 1927),  premio Nacional de Artes Plásticas en 2016,ingresó en los libros de historia el 19 de noviembre de 1964, cuando emprendió con los cofundadores de ZAJ Walter Marchetti (1931-2015) y el compositor Ramón Barce (1928-2008) una acción que resultó pionera en el arte español: un paseo, para el que portaron tres estructuras de madera, que reprodujo la distancia recorrida por Durruti antes de ser abatido por un francotirador. El final del camino fue un colegio mayor, donde dos días después interpretaron la famosa pieza del silencio de John Cage, 4’ 33”. El impacto en mitad de la negra noche del franquismo se demostró enormemente influyente entre sus coetáneos y para las generaciones venideras.

Surgido más o menos al mismo tiempo que otros grupos revolucionarios, como Fluxus o Gutai,  ZAJ mezclaba prácticas del happening,, la poesía sonora, el velado comentario político, el diseño gráfico, la música experimental o el arte postal. Especialmente memorables fueron sus tarjetas, que enviaban a sus seguidores y en las que jugaban con la ironía. En un cartón de 1967 se consignaban los movimientos de una mosca en una ventana. En otro, se podía leer: “Zaj es como un bar. La gente entra, sale, se toma una copa y deja una propina”.

Y el grupo, en cierto modo, se comportó con las reglas abiertas de una taberna, en la que eran frecuentes las altas y bajas. Barce abandonó la empresa pronto. La premio Velázquez Esther Ferrer se incorporó en 1966. El escritor y diplomático José Luis Castillejo fue un miembro estable, mientras que otros, como Alberto Schommer, Tomás Marco o Millares, formaron fugaz parte de la aventura.

Nacido en Las Palmas, Hidalgo dejó la isla siendo un adolescente para estudiar piano y composición en París y Ginebra y desarrolló una interesante carrera como músico experimental. Junto a Marchetti, con quien vivía en Milán, descubrió a Cage en la histórica edición de 1958 del Festival de Nueva Música de Darmstadt (Alemania). El interés por la filosofía zen, que Hidalgo estudió durante 10 años en Italia, contribuyó a estrechar la relación con el músico.

Marchetti e Hidalgo se mudaron a Madrid a principios de los sesenta y allí decidieron trascender su faceta musical con excursiones al naciente arte conceptual. ZAJ se mantuvo en activo hasta 1996, cuando el Reina Sofía reconoció la labor del colectivo con una retrospectiva que acabó en epílogo. El día de la inauguración, Hidalgo respondió, preguntado por EL PAÍS, que el grupo había muerto en ese preciso instante. “Walter se marchó a Milán y se casó. Yo me tuve que quedar en Madrid, porque no tenía dinero y mi madre estaba muy enferma”, recordó Hidalgo a este diario en su casa de Ayacata en 2014.

A la disolución del grupo siguieron años en los que desarrolló su obra en solitario, con exposiciones en galerías como Juana de Aizpuru o Espacio Mínimo, en Madrid, y museos como el Artium de Vitoria o el CAAM de Las Palmas. Cuando recibió el premio nacional, lamentó que en “el mercado del arte” hubiese decaído el interés por su producción. También demostró su poca afición al eufemismo. “Lo cierto”, explicó, “es que el anuncio no me ha cogido por sorpresa, hace cuarenta años que llevaba esperándolo. Todos los años decían ‘este te tocará’, y nada. Claro que llega tarde, pero bueno, ya tengo 89 y, como comprenderá, poco me importa. Imagino que han pensado que o se lo daban ya al canario, o que si no sería demasiado tarde”.

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