El volcán de La Palma continúa sembrando el caos y la destrucción por sexto día consecutivo, tras entrar en erupción en Cumbre Vieja a mediodía del pasado domingo.
Según informa Tiempodecanarias.com ya son más de 220 las hectáreas calcinadas y 400 las casas sepultadas bajo el extenso manto de lava en su lento avance hacia la costa, si bien los expertos dudan de que, a lo largo de la jornada de este viernes, acabe alcanzando finalmente el mar. No obstante, en las últimas horas la actividad del volcán ha aumentado, registrándose varias explosiones de gran magnitud en su boca principal.
La capacidad destructiva del nuevo volcán surgido en Cumbre Vieja se ha intensificado durante la noche de este jueves, llegando a aumentar la cantidad de lava que emite por sus bocas activas, aunque la velocidad de propagación de la misma se mantiene estable en comparación con las jornadas anteriores. De hecho, continúa con la tendencia y la colada prosigue ralentizándose en su lento camino hacia el mar.
Actualmente la cola más activa es la que ha arrasado el pueblo de Todoque, la cual se está ensanchando porque el magma se está volviendo más espeso. En los últimos dos días su velocidad de desplazamiento ha disminuido de 15 metros por hora a apenas cuatro. Sin embargo, ello no ha impedido que la superficie arrasada tanto por esta cola de lava como por el resto haya aumentado un 30 % con respecto a las 24 horas anteriores.
Ante la evolución de la columna eruptiva de gases y cenizas del volcán, que durante la jornada de este jueves ocasionó numerosos retrasos en vuelos hacia la Isla Bonita, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha decidido elevar a nivel rojo el código de aviación en el Archipiélago, aunque dicha medida no influye al espacio aéreo canario en su conjunto.
Aún así, quedan prohibidos los vuelos comerciales en la zona comprendida entre Tenagua y Tiguerorte, así como en Las Norias. Se espera que La Palma reciba este viernes la visita de los ministros de Derechos Sociales y Agenda 2030 y de Consumo, Ione Belarra y Alberto Garzon, respectivamente, para conocer de primera mano la evolución de la crisis volcánica.
