Los creadores canarios Francisco Castro, Moneiba Lemes y José Otero
son los autores de esta muestra que se inaugura hoy [martes 5] a las 20:00 horas
TEA Tenerife Espacio de las Artes, centro de arte contemporáneo del Cabildo, presentó hoy [martes 5] la exposición Pedí ventanilla y el cristal voló, de los artistas canarios Francisco Castro, Moneiba Lemes y José Otero. Se trata de la segunda de las muestras que conforman la sexta temporada de Área 60, el programa destinado a fomentar y promocionar la creación artística actual y que aspira a ser plataforma de jóvenes creadores, estimulando sus trabajos y ampliando el conocimiento del público. El director insular de Cultura y Educación, José Luis Rivero; la conservadora de TEA Tenerife Espacio de las Artes, Yolanda Peralta; el actual comisario de Área 60, Néstor Delgado; y los tres artistas fueron los encargados de dar a conocer este nuevo proyecto expositivo que se inaugura esta misma noche a partir de las 20:00 horas.
José Luis Rivero explicó que esta muestra utiliza la metáfora de la catástrofe aérea para hablar del mito del éxito en el arte contemporáneo y que, a través de ella, se ofrece una reflexión sobre como el contexto social y económico de estos últimos años ha influido en los artistas. En este sentido, los creadores plantean que lo que podría haber sido un futuro de altos vuelos debido a la realidad resultó ser accidentado (en lo que a la situación económica del artista se refiere). Pedí ventanilla y el cristal voló podrá visitarse de manera gratuita en este espacio hasta el 12 de junio de martes a domingo de 10:00 a 20:00 horas.
Durante el acto inaugural tendrá lugar una acción preformativa a cargo de los propios creadores que viene a completar o apoyar el discurso de esta muestra. Por su parte, Yolanda Peralta recordó que esta es la exposición número 30 que se desarrolla en Área 60 y explicó que en este espacio en “el que siempre se ha querido dar apoyo a los artistas emergentes” también hay un lugar importante para el debate y el conocimiento.
Néstor Delgado, comisario de esta etapa de área 60 titulada Una antropología de la emergencia en la quese exploran y analizan las peculiaridades del artista emergente, subrayó el hecho que en esta propuesta los creadores plantean que lo que podría haber sido un futuro de altos vuelos debido a la realidad resultó ser accidentado (en lo que a la situación económica del artista se refiere). Destacó además que se trata de una muestra de pintura, aunque en ella también los artistas exploran otros campos de la creación, para hablar de un cambio de actitud social del pintor. “Los artistas usan términos como desde la ventanilla o la ruptura del cristal para hablar de su arrojo a la realidad social y ofrecen una alegoría tragicómica del artista emergido-sumergido pero desde la reivindicación política de lo que ellos denominan proletariado artístico”, señaló Delgado.
No obstante, el propio Delgado subrayó que en Pedí ventanilla y el cristal voló se plantea una reivindicación del artista como sujeto capaz de adoptar una posición crítica y tener una opinión bastante clara respecto a la actual situación económica. Algunas de las piezas expuestas en Área 60 se han creado para este espacio y proyecto en concreto pero otras ya existían, aunque hasta la fecha no se habían exhibido en Canarias. Castro, Lemes y Otero, quienes han vivido varios años en Berlín han regresado ahora a Canarias y han construido en esta exposición un diálogo conjunto. Precisamente, vivir en Alemania les ha hecho ver el contexto insular desde una perspectiva contrastada y sus prácticas pictóricas se han abierto hacia otros medios como el vídeo, la fotografía o la escultura.
José Otero, quien recordó que los tres estudiaron en la Universidad de La Laguna pero que se conocieron en Berlín, destacó que en esta muestra “no hay una queja”, que “no es un lamento plañidero sobre la situación económica de los artistas sino un ejercicio de libertad muy saludable”. Y es que en la trayectoria de Francisco Castro (Lanzarote, 1976), Moneiba Lemes (Lanzarote, 1986) y José Otero (Gran Canaria, 1979) no han faltado los vuelos (se han movido entre el contexto berlinés y el canario), de ahí que en base a sus propias experiencias puedan saber reconocer y reclamar la valentía del estrellado.
La capital alemana de las últimas décadas ha sido una auténtica meca de la cultura del nonprofit. El escenario de crisis y precios bajos que la caída de la antigua RDA otorgó como herencia a sus habitantes permitió que muchos artistas pudiesen vivir y trabajar en la ciudad sin pasar demasiadas penurias económicas o depender exclusivamente del gran mercado del arte. Sin embargo, poco a poco Berlín ha sufrido un proceso de estandarización y homologación con otras capitales europeas que imposibilitan este estilo de vida y trabajo. Cada día se extiende más la noción de que “Berlín se acabó”, precisamente justo ahora en el momento en el que las fuerzas de los mercados (inmobiliario, turístico, cultural, etc.) parecen actuar sobre ella. Esta reflexión también se extiende al arte.
