El Club del Cómic de la Biblioteca Insular analiza la obra ‘Astérix en Hispania’, de los populares Goscinny y Uderzo


· El día 3 de junio, a las 18.00 horas, será abordada la historieta número catorce de ambos autores, perteneciente a su serie ‘Astérix el Galo’, publicada originalmente en 1969

Las Palmas de Gran Canaria, 2 de junio de 2016.- El Club de Lectura del Cómic Las Ranas de la Biblioteca Insular (calle Remedios, 7) que coordina Luciano Díaz, abordará el día 3 de junio, en un nuevo encuentro, previsto a las 18.00 horas, los valores de la obra ‘Astérix en Hispania’, del guionista René Goscinny y el dibujante Albert Uderzo.

Uderzo y Goscinny, creadores de la serie, publicaron en el ya lejano 1969 el álbum ‘Astérix en Hispania’, repleto de alusiones al incipiente turismo, el flamenco y los toros, con un Astérix convertido en el primer torero de la historia. En su día Uderzo afirmó a propósito de esta entrega que los españoles lo habían criticado un poco, con razón, por haberlos representado utilizando muchos tópicos.

La historia comienza en el 45 a.C donde encontramos una aldea gala donde domina la calma. Calma que va a ser perturbada por incidentes que están ocurriendo en la Hispania Ulterior (Andalucía). Julio César acaba de vencer a los últimos supervivientes de Munda (Montilla, Córdoba), excepto una pequeña aldea celtíbera cerca de Hispalis (Sevilla) gobernada por Sopalajo de Arriérez y Torrezno. Los romanos deciden secuestrar a Pepe (en realidad se llama Pericles), el hijo del jefe, y sólo piensan devolverlo si la aldea se somete a César. Pero Pepe es llevado a las Galias y en una encrucijada son detenidos por Astérix y Obélix, los cuales recuperan a Pepe y deciden regresar al pesado niño a su aldea en la baja Hispania.

El cómic se publicó diez años después de que René Goscinny y Albert Uderzo crearan en 1959 estos personajes que ya forman parte del imaginario europeo como si fuesen una referencia real. Astérix ha desarrollado un lenguaje propio, ha logrado que todos nos hayamos caído dentro de la marmita cuando éramos pequeños. Sabe reírse con una hábil mezcla de mala leche, cercanía e ironía de todos los tópicos de Europa, desde el secreto bancario suizo hasta la toxicidad de los quesos corsos, la pésima comida inglesa o la tozudez española (la relación de Obélix con Pepe en ‘Astérix en Hispania’ se encuentra entre los mejores momentos de la serie).

El libro es una completa radiografía caricaturesca de la España de los setenta, donde se mezclan la gran afluencia de turistas (abundan en la trama galos, godos y bretones emulando a franceses, alemanes y británicos), que tanto nos visitan por nuestro clima. Es el primer cómic de Astérix en el que sale por primera vez la clásica pelea entre los habitantes de la Aldea Gala.

Las aventuras de Astérix y Obélix han sido publicadas en más de cien lenguas. Los álbumes protagonizados por estos galos, cuya aldea de residencia resiste sorprendentemente a la persecutoria conquista de los Romanos, son joyas en sí mismas.

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