El ciclo ‘Más que musas’ de la Casa-Museo León y Castillo recibe a Begoña Vera


  • El acto tiene lugar el día 18 de marzo, a las 19:00 horas, para abordar su trayectoria en el movimiento feminista y su compromiso con las víctimas de trata con fines de explotación sexual

La activista y periodista Begoña Vera Guanche será la protagonista el día 18 de marzo, a las 19:00 horas, del ciclo ‘Más que musas. La mujer en la cultura en Canarias’ que se desarrolla en la Casa-Museo León y Castillo de Telde. Vera, que actualmente ejerce de formadora en el Programa de Atención Daniela Oblatas, tiene una trayectoria de más de 30 años en el movimiento feminista, que ha complementado con estudios sobre las nuevas masculinidades, el tratamiento de la violencia machista en los medios de comunicación y, especialmente, con un activismo sin descanso contra la prostitución.

Este ciclo del centro museístico dependiente de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria está conformado por una serie de encuentros entre una periodista y algunas de las protagonistas de la historia cultural de Canarias a lo largo del siglo XX y en las primeras décadas del siglo XXI.

El objetivo de estos encuentros, con entrada gratuita hasta completar el aforo y con inscripción previa, es el de poner de relieve el papel jugado por las mujeres en diferentes ámbitos. En esta ocasión el encuentro con Begoña Vera estará moderado por la periodista Luisa del Rosario y está enmarcado en el amplio programa de actos ‘Marzo-Mujer’ que ha impulsado la Consejería de Cultura durante todo el mes en 11 de sus centros.

La periodista y licenciada en Filosofía por la Universidad de La Laguna reconoce que cuando le anunciaron este reconocimiento sintió “vergüenza”, porque a sus 45 años no cree que haya hecho algo destacable todavía.

Vera reconoce que es feminista desde siempre, “porque desde pequeña se empezó a cuestionar cosas que no le cuadraban. La primera vez que me di cuenta fue plantando papas con la familia con 10 años. A mi hermano, cuatro años menor, le regalaron una pequeña azada porque los hombres la usaban, mientras que las mujeres apañaban las papas. Se la quité para hacer un surco entero y demostrar a todos que podía hacerlo”.

“El feminismo te abre los ojos, te pone las gafas violetas y te hace mirar el mundo, pero cuando tomas esta decisión el camino no es fácil, es muy duro. Empiezas a ver contradicciones en ti misma y en tu aprendizaje, es una pelea contra ti muy dura y entiendo que haya mujeres que no quieran hacerlo. Entiendo que mucha gente prefiera la comodidad de esa falsa sensación de igualdad y de privilegio ante la realidad que es demasiado dura. Tienes que dejar cosas y gente por el camino”, admite.

Confiesa que le preocupan las reacciones patriarcales a las diferentes olas feministas. “Sabíamos que la reacción iba a ser tremenda, y ya lo hemos visto el pasado 8 de marzo. Esperábamos las agresiones y los ataques, y sabemos que irán a más porque el cambio en la toma de conciencia es tan imparable que cada vez más mujeres se dan cuenta de esa falsa sensación de igualdad, de que es algo estructural y que no es tan fácil como creíamos”, explica.

“Cuando el estado de bienestar no cubre las necesidades y tus posibilidades económicas tampoco, ves a quien les caen otra vez los cuidados. Es difícil, pero también es bueno para que esas mujeres que sentían esa falsa sensación de privilegio e igualdad se den cuenta. Ya es hora de que las mujeres empecemos a mirar no tanto en lo que nos divide, sino a ese mínimo común divisor que nos une”, agrega.

A las mujeres que creen que ya existe la igualdad, les propone que vayan con ella a escuchar las historias de prostitución o que vean que “sus supuestos privilegios están sustentados en la carencia de los derechos de otras”, apunta. “Hasta que todas las mujeres del mundo tengamos los mismos derechos, esto no acaba, y la agenda feminista es muy clara, quiere las aboliciones de las explotaciones hacia todas las mujeres. Hasta que esto no suceda, no vamos a descansar”, asegura.

Por ello, recuerda que hay todavía mujeres que no pueden votar, que no pueden abortar, que no pueden decidir sobre su vida o conducir un coche. “Al lado de sus casashay mujeres que están siendo violadas, pagadas por ser violadas en la prostitución”, asegura. Y a la vez advierte “que todos los derechos que conseguimos los podemos perder enseguida. Hay que seguir peleando porque hay 52 diputados diciendo que no sufrimos violencia por ser mujer, que no existe algo llamado violencia machista, que son negacionistas”.

Proviene de una familia desestructurada y pobre, aunque muy trabajadora y con problemas de exclusión. Reconoce que la salvaron los libros. “Tenía mucha curiosidad y por eso estudié Filosofía y Periodismo, las dos carreras en las que se podía preguntar, son las carreras de las preguntas”, añade.

Con 15 años entró al Consejo Escolar de su instituto y puso en marcha acciones y manifestaciones reivindicando espacios de igualdad. También en esa época empezó a leer a poetas y los profesores le recomendaron textos feministas. Vera reconoce que ha tenido mucha suerte y que se ha ganado la lotería muchas veces en su vida por las personas que ha conocido y que le han dado respuestas con argumentos, con razones y con datos a las necesidades que tenía de explicar el mundo.

Con respecto a los avances que ha habido en el movimiento feminista, reconoce que ver la gran marea humana en la manifestación del 7 de noviembre de 2015 en Madrid y la protesta contra la ley del aborto de Alberto Ruiz-Gallardón le provocó el llanto. “Empezamos a respirar y decir: ha servido, sirve para algo”, apunta. También reconoce que vivió con mucha emoción las manifestaciones del denominado ‘Me too’, contra las agresiones sexuales o las del 8M.

Sobre los votantes de partidos de ultraderecha entiende que son hombres que encajan muy mal el mundo que está cambiando, que no encajan el cambio de modelo, y a la vez hay mujeres que tampoco quieren perder sus falsos privilegios. “A ellas les han dicho que este mundo es así y es muy difícil entender que tu vida, lo que has dicho o lo que has hecho, no es así. Es jodido asumir eso” apunta.

Trayectoria de Begoña Vera

Begoña Vera nació en Tacoronte, (Tenerife, 1975). Es licenciada en Filosofía por la Universidad de La Laguna y también estudió Ciencias de la Información, aunque no llegó a terminar la carrera. Además, es experta en dirección y producción de cine y TV por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y lleva 25 años formando e investigando en violencias machistas, compaginándolo con el trabajo de comunicación política en instituciones y medios de comunicación.

Desde hace 15 años investiga y sensibiliza sobre nuevas masculinades, el tratamiento de la violencia machista en los medios de comunicación y especialmente en el sistema prostitucional. Además, desde hace tres años es responsable de sensibilización, formación e incidencia política del Programa Daniela Oblatas, pertenece a Vivas, la Asociación Canaria de Mujeres de la Comunicación, y además tiene un espacio radiófonico feminista en Cadena Ser Las Palmas.

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