Daniel Ortega ordena el arresto del escritor Sergio Ramírez, su exvicepresidente en los 80


  •  El destacado novelista, quien se encuentra en el exterior, ha sido acusado de «incitar el odio y la violencia».
  • «Las dictaduras carecen de imaginación y repiten sus mentiras, su saña, su odio, y sus caprichos», dijo Ramírez

En un tiempo que parece tan lejano como inverosímil, Sergio Ramírez y Daniel Ortega compartieron la junta de Gobierno surgida de la revolución que expulsó al dictador Anastasio Somoza. Ramírez, por entonces un reconocido escritor, fue, cinco años más tarde, el vicepresidente de su compañero en el sandinismo. Bifurcaron sus caminos políticos en 1990, tras la derrota electoral, con fuertes reproches cruzados. Las distancias se abismaron tanto con el correr del presente siglo que Ortega, una caricatura de aquel guerrillero que entró triunfalmente en Managua en julio de 1979, acaba de abrir la puerta para la persecución de Ramírez.

Según informa El Periódico, la fiscalía, que es un apéndice del Gobierno, acaba de acusarlo de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional», «actos que fomentan e incitan al odio y la violencia» y «lavado de dinero, bienes y activos». Sobre la cabeza del autor de ¿Te dio miedo la sangre?, la novela que en 1977 denunciaba los atropellos y negociados del somocismo, pende una orden de arresto similar a varios de los dirigentes opositores. «Como anuncian que van a allanar mi casa, lo que van a hallar es una casa llena de libros. Los libros de un escritor. Los libros de toda mi vida», dijo, entre la ironía y la amargura.

Ramírez, de 79 años, se encuentra fuera de Nicaragua y aseguró que no retornara para evitar que se consume lo que vislumbra como una clara venganza. El Premio Cervantes 2017 pasa ahora a formar parte de la lista de sandinistas históricos que han sido perseguidos por el ex comandante, desde el extinto poeta Ernesto Cardenal a la comandante Dora María Téllez y Hugo Torres, de alto protagonismo en los albores de la revolución.

La Fiscalía ha vinculado al escritor con el «Programa Medios para Nicaragua» de la Fundación Violeta Chamorro, considerado un proveedor de financiamiento de personas que «buscaban la desestabilización de la buena marcha del desarrollo económico y social del país». De acuerdo con la revista Confidencial, los delitos por los que se lo ha imputado contemplan penas de hasta 15 años de prisión.

Amargas paradojas

«No es la primera vez que ocurre en mi vida. En el año de 1977, la familia Somoza me acusó por medio de su propia Fiscalía, y ante sus propios jueces, de delitos parecidos a los de ahora: terrorismo, asociación ilícita para delinquir, y atentar contra el orden y la paz, cuando yo luchaba contra esa dictadura igual que lucho ahora contra esta otra», recordó Ramírez, a través de un video. Y añadió: «las dictaduras carecen de imaginación y repiten sus mentiras, su saña, su odio, y sus caprichos».

La historia le ha reservado a Nicaragua la amarga paradoja de un Ortega que repite los pasos de aquel dictador. A Ramírez no se le ha pasado por alto la analogía. «Son los mismos delirios, el mismo empecinamiento ciego por el poder, y la misma mediocridad de quienes teniendo en su puño los instrumentos represivos, y habiéndose despojado de todos los escrúpulos, creen también que son dueños de la dignidad, de la conciencia y la libertad de los demás».

El Gobierno de Ortega y su esposa Rosario Murillo ha quedado retratado de cuerpo entero en Tongolele no sabía bailar, la novela de Ramírez que gira alrededor de las protestas cívicas de abril 2018 que han marcado un punto de inflexión en la crisis de legitimidad del actual sandinismo.Noticias relacionadas

Nicaragua celebra elecciones generales el 7 de noviembre. La contienda tiene una peculiaridad: Ortega, cuyo segundo mandato comenzó en 2007, compite contra sí mismo en la carrera por extender su presidencia cuatro años más. Varios candidatos opositores han quedado fuera de carrera y enfrentan los mismos cargos que Ramírez. Para Ortega son «terroristas».

«Aberración de aberraciones, tanto en la forma como en el fondo. Nunca se ha visto que una oposición sea acusada por ser lo que es, y encarcelada por estar contra los que gobiernan», dijo la poeta Gioconda Belli, otra de las figuras del histórico sandinismo.

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