100 Goronas del Viento


Por Míchel Jorge Millares //

Esta semana he intervenido en Radio Las Palmas y Televisión Canaria. He explicado por qué hay un grupo de ciudadanos que se suman a la unanimidad de las organizaciones políticas con representación institucional, al considerar una gran oportunidad la central hidroeléctrica reversible Chira-Soria, porque permite dar el máximo aprovechamiento a dos de las mayores presas del Archipiélago canario, al usarlas como ‘pila’ de agua y también de electricidad. Un proyecto que ni es un ‘ecocidio’ ‘arrasador’, ‘caduco’, ni ‘faraónico’ sino que garantizará el desarrollo de las energías renovables, con vistas al máximo consumo de éstas en el territorio insular. Un proyecto que une la obtención de agua dulce, para embalsarla como nunca se vio en la isla, y dará apoyo a las instalaciones de energías renovables para poner fin al uso de combustibles fósiles que provocan la emergencia climática que se avecina.

Al margen de anécdotas llamativas, como que hace décadas que se buscan soluciones para producir energía, como el denominado ‘Sistema Integral VF’,  ideado y patentado por el escritor e inventor Alberto Vázquez-Figueroa, un ejemplo de este sistema lo tenemos cerca: Gorona del Viento en El Hierro, una central hidroeólica que usa la energía de varios aerogeneradores para desalar agua y llenar dos balsas que intercambian el agua para producir electricidad. La balsa mayor tiene una capacidad para 380.000 metros cúbicos. Hasta la puesta en marcha de Gorona, la isla se suministraba de electricidad con una estación de fuel de 15 MW. Las energías renovables han sustituido los gases por el viento, el sol y el agua. Pero eso se acabó.

Sin embargo, los dos embalses herreños se encuentran -cada uno- en una Zona de Especial Conservación. La de Ventejís y la de Timirijaque. Un impacto evidente, pero también un efecto positivo al dejar de quemar 6.000 toneladas de fuel al año. A pesar de que Gorona está participada por Endesa (cuyo accionista mayoritario es la empresa del estado italiano ENEL), propietaria de la estación de fuel.

Un proceso parecido es el que se va a ejecutar en el barranco de Arguineguín, la central hidroeléctrica reversible Chira-Soria, consistente en desalar agua en la costa, con energía eólica que también se usará para impulsar el agua tratada hasta la presa. La primera duda que genera es el impacto de la salmuera, producida al desalar y vertida al mar, en un litoral que está catalogado como Zona de Especial Conservación. Aunque al entrar en detalle, vemos que la costa protegida como ZEC abarca desde Tarajalillo (Aeroclub), hasta el Charco en La Aldea, una cuarta parte de la costa de Gran Canaria. En todo este territorio, se señalan en la cartografía oficial dos sebadales en ambos extremos de la ZEC y, al parecer, no los hay o son menos relevantes entre la Punta de Maspalomas y Guguy. De hecho, en esta zona intermedia hay una quincena de desalinizadoras (en el Archipiélago tenemos más de 300). Y se anuncia que esta, la de Chira-Soria, tendrá un novedoso sistema de dispersión creado en la ULPGC, así como se añade que emitirá menos del diez por ciento de salmuera de lo permitido por la normativa europea. Un gran avance… ¿Y si esta desaladora fuera el inicio del fin de las que más salmuera vierten?

Otro asunto es la conducción de agua hasta la presa. ¿La Declaración de Impacto Ambiental recogerá la exigencia de aprovechar la carretera, mejorándola, para que bajo su asfalto discurra el agua como un río contracorriente que desembocará en la Cumbre? Si fuera así, la población de este barranco tendría más seguridad y comodidad para moverse.

Pero, lo más importante es que ya están construidas las presas. Una enorme inversión de nuestros antecesores con visión de futuro. Infraestructuras para aprovechar al máximo, tras décadas de presencia casi testimonial, y así disponer de casi 40 Hm3 (cuarenta millones de metros cúbicos) que es 100 veces la capacidad de Gorona del Viento, para reverdecer Gran Canaria (lema mantenido por los presidentes insulares, desde la época de Federico Díaz Bertrana y repetido insistentemente por Carmelo Artiles). Pero, sobre todo, para frenar la intrusión de agua salada en la isla por la sobre explotación de los acuíferos. Un fenómeno que se produce en toda la costa este y sur de la isla. Pero es en Arguineguín donde más se adentra el agua salina, hasta el mismo muro de la presa de Soria. Un motivo de alerta máxima por la pérdida de calidad de nuestro escaso suelo.

Por último, tenemos el ‘cacho estadio’, que otros llaman ‘la catedral’. Este es el corazón que dará vida al sistema, es la ‘pila eléctrica’ soterrada, desde donde se dará soporte a un 20% de la demanda eléctrica insular, que se sumará al 18% actual, y favorecerá el crecimiento de estas fuentes de energía en un 30%. Con sus 200 MW, reducirá el papel de las centrales térmicas de Tirajana y la de Jinámar, que suman 1000 MW, y consumen de 100.000 toneladas de fuel al año.

No olvidamos las torretas. Los soportes para transportar la electricidad a las estaciones y a los consumidores. Estamos expectantes para conocer la Declaración de Impacto Ambiental para saber si se precisan, cuántas y dónde se ubicarán. Y valorar sus inconvenientes paisajísticos respecto al beneficio de esta instalación eléctrica. Unas desafortunadas piezas que demuestran el poco ingenio y sensibilidad paisajística y artística del mundo de la ingeniería, si bien en caso de que surja una alternativa más eficiente y menos contaminante, mañana o pasado mañana, la desinstalación no presentaría problemas… Pero por ahora, lamentablemente, tenemos unas islas en las que políticos y operadores eléctricos o de telefonía exhiben en picos montañosos y fachadas de cascos históricos su omnipresencia descarada…

En conclusión. Chira-Soria es un proyecto como Gorona del Viento cien veces mayor en capacidades para una isla necesitada de estas instalaciones que garanticen la energía de fuentes renovables para una población también cien veces mayor. Y en caso de que se rechace este proyecto nos podríamos plantear si se debería cambiar Gorona por otro tipo de instalación menos ‘ecocida’…

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