Ramón Rodríguez: “En ‘Tres mujeres’ me propuse explorar la naturaleza del dolor humano”


El teatro Leal de La Laguna acoge el estreno de ‘Tres mujeres’, con texto y dirección de Ramón Rodríguez, último premio de la XX edición del Premio Internacional de Teatro de Autor Domingo Pérez Minik

El dramaturgo canario Ramón Rodríguez es un autor y director del montaje escénico ‘Tres mujeres’, que este viernes 4 de octubre se estrena en una única función que dará comienzo a las 20:30 horas, en el teatro Leal de La Laguna. El texto de Rodríguez, que obtuvo el pasado año el premio de la XX edición del Premio Internacional de Teatro de Autor Domingo Pérez Minik que convoca la Universidad de La Laguna, aborda un triángulo que encierra tres crudas historias de mujeres que se erige como una fábula de la condición humana.

El dramaturgo, autor también de ‘Amores difíciles’, ‘Un hombre feliz’, ‘El cielo según San Juan’ y ‘Cuentos en la noche de San Juan’, cuenta para este montaje con las dos actrices canarias Lily Quintana y Blanca Rodríguez, así como con la cubana Carolina Cué.  La obra narra la historia de Camila, madre de una hija que no desea; Yamile, que no termina de comprender la repentina pérdida de la suya y Andrea, que merodea entre el dolor y la incomprensión de una naturaleza que le ha negado la posibilidad de ser madre.

Según señala Ramón Rodríguez “el azar provoca que estas tres mujeres se encuentren y se produzca entre ellas una corriente de influencia mutua. Profundizar en algunas claves vitales y en la naturaleza del dolor humano son algunos de los objetivos que me planteé cuando escribí ‘Tres mujeres’, que explora los vericuetos de la maternidad y las diferentes respuestas a que puede dar lugar, pero haciéndolo, además, buceando por sutiles ramificaciones: las diferencias de edad entre las protagonistas de la historia, cómo las circunstancias se interrelacionan con sus respectivos caracteres, las relaciones que se entablan entre ellas, etcétera. Todo ello dibuja un lienzo en el que el tema principal se bifurca en innumerables ocasiones para dar lugar a una experiencia dramática compleja”.

Además, el dramaturgo indaga en este texto en la naturaleza sinuosa del arte como instrumento para curar el dolor. Uno de los personajes, una pintora a la que la diabetes ha dejado ciega, inicia a una mujer que ha perdido una hija en el arte de la pintura. La maestra enseña a su inesperada discípula la forma de acercarse a sus sentimientos a través del arte. La enseña a pintar para que cure su dolor, le enseña a ver la realidad como un artista para que entienda lo que le ha ocurrido, le enseña a sobrevivir emocionalmente mediante la pintura. En correspondencia, la joven pupila, casi sin quererlo, enseña a la desengañada y resentida ciega a reconciliarse con su pasado. Sus reflexiones destinadas a la joven alumna acaban teniendo una influencia en ella misma: paradójicamente, en el final de su vida, cuando la ceguera es total, acaba viendo con claridad muchas de las cosas que ha vivido como, por ejemplo, su maternidad.

“La obra en su hora y veinte minutos de duración aborda muchas cuestiones sobre la espinosa relación madre-hija –prosigue explicando Ramón Rodríguez- desde las emociones. Lo íntimo se vislumbra con dureza en algunas ocasiones, pero desde una conmovedora perspectiva e inmersión sensorial que atrapa y sacude al espectador en su butaca”, añade el director de esta pieza que cuenta con una banda sonora integrada por una versión musical infantil de la que Mozart compuso doce variaciones.

Con una sobria escenografía muy geométrica y arquitectónica de Carlos Santos (que también firmó la de la producción ‘César Manrique, el musical’ que fue estrenada recientemente en el teatro Pérez Galdós) ‘Tres mujeres’ opta por un reparto actoral en el que se suma la solvente experiencia de dos actrices canarias que a estas alturas ya nada tienen que demostrar –Lili Quintana y Blanca Rodríguez- con la sorpresa que supone el descubrimiento para la escena canaria de la cubana Carolina Cué.

‘Tres mujeres’ descansa sobre la urdimbre de roles femeninos que propone el texto de Ramón Rodríguez que trenza tres historias compactas al ritmo de los deseos frustrados, obsesiones y temores del caudal sanguíneo de cada una de ellas.

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