La profesora Blanca Hernández nos aproxima a las claves de la poesía de Natalia Sosa en la Casa-Museo Tomás Morales de Moya


·        El día 14 de marzo, a las 18.30 horas, la filóloga, autora del estudio dedicado a la poeta publicado recientemente por Torremozas, fundamenta su esfuerzo por construir su identidad en un sistema que le reprochó su homosexualidad

Las Palmas de Gran Canaria, 12 de marzo de 2019.- La profesora de Lengua y Literatura de la ULPGC, Blanca Hernández Quintana, formulará en la Casa-Museo Tomás Morales de Moya, el día 14 de marzo, a las 18.30 horas, un análisis didáctico de la poesía de Natalia Sosa Ayala (Las Palmas de Gran Canaria, 1938-2000), autora que rescata del olvido en su reciente estudio publicado en la editorial madrileña Torremozas, ‘No soy Natalia’.

La filóloga apunta que su conferencia disertará sobre la figura de “una voz poética silenciada, cuyo trabajo habla de deseos, de miedos, de incomprensión, de búsqueda, de refugio. La obra de Natalia Sosa reclama su identidad rechazada por la sociedad y denuncia la amenaza de un mundo que la obliga a negarse y a emprender un proceso de aceptación, un mundo que la oprime y la encasilla por no adaptarse a los roles de género y al sistema heteropatriarcal, y que considera que la homosexualidad es una enfermedad, un pecado o vivir en la ilegalidad”, señala Hernández Quintana.

La intervención de la estudiosa está inscrita en el amplio programa de actividades ‘Marzo-Mujer’ que impulsa desde hace más de 20 años la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario, dedicado a poner en valor desde una perspectiva transversal y de género, la aportación femenina a la cultura de la contemporaneidad de Canarias.

Para Hernández, cuya trayectoria investigadora y publicaciones se centran en la innovación educativa y en la literatura escrita por mujeres en el siglo XX, Natalia Sosa se acerca a la poesía “para construir su identidad en un sistema que le reprocha su homosexualidad”. 

La investigadora lamenta que aún en Canarias al poeta siga siendo una desconocida. “En Canarias, a la condición de ser mujer, se añade la desventaja de la distancia geográfica con respecto al epicentro cultural. La singularidad isleña supone un obstáculo, pero, aun así, se ha ido consolidando una tradición de escritoras que contribuye a la creación de una identidad femenina alternativa a la tradicional, y Natalia Sosa es una de ellas. De alguna forma, hay que reivindicarlas en el canon institucional para que se lean, para que se divulgue su obra, para que formen parte de la historia de la literatura. El canon es más que una simple lista de obras de autores, es el espejo cultural reflejo de una serie de valores, más allá de los estéticos, en los que participan factores políticos, sociales e ideológicos. Y son los valores sociales e ideológicos los que se intentan desmontar para ampliar la nómina de autores y autoras que forman parte del mundo literario”, dice.

Sobre la homosexualidad de Soya Ayala apunta que la poeta reclamó su derecho a existir y vivir bajo el respeto y la igualdad, dentro de la diversidad. “Su lesbianismo traspasa toda su obra porque vivió bajo el rechazo y el miedo a vivir libremente su condición homosexual”, añade.

Natalia Sosa Ayala nace en Las Palmas de Gran Canaria el 27 de marzo de 1938. Hija del escritor Juan Sosa Suárez se crio en un ambiente de amor a la cultura y las letras y de compromiso social e intelectual. Pronto empezó publicar en la prensa local sus primeras composiciones y con tan solo 17 años publica su primera novela ‘Stefanía’, con ilustraciones de Pepe Dámaso.

En 1956 empieza a colaborar de forma activa con las revistas Guiniguada y Mujeres en la isla con poemas, cuentos, crítica literaria y artículos de opinión. En 1961 se traslada a vivir a Inglaterra y será a su vuelta, en 1963, cuando vea la luz su segunda obra ‘Cartas en el crepúsculo’, una atípica novela. En 1970 comienza a trabajar en el colegio Claret con cuya colaboración publica su primer libro poético en 1980, ‘Muchacha sin nombre’. Un año más tarde aparece su segundo poemario ‘Autorretrato’ que la consolida como una de las voces más originales y profundas de la literatura canaria del momento.

En 1992 aparece ‘Diciembre’ su tercer poemario y en 1996 publica su libro ‘Desde mi desván y otros artículos’. ‘Cuando es sombra la tarde’ es su último poemario y ya de forma póstuma aparece ‘Los poemas de una mujer apátrida’ como un compendio que la autora realiza de todo lo que supone su trayectoria vital y poética.

Su producción literaria va de la mano de una intensa labor como colaboradora en las secciones de opinión del periódico La Provincia donde deja patente su compromiso con la realidad social. Natalia Sosa muere en la misma ciudad que la vio nacer en el año 2000. Su producción como escritora, donde lo social y lo personal, lo real y lo más íntimo se funden en una perfecta unión a lo largo de su vida, no está suficientemente reconocida.

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