La nueva Ley de Patrimonio cultural


Aurelio González (*)

El Parlamento de Canarias aprobó hace apenas unas semanas, por unanimidad de los grupos políticos que constituyen la Cámara, una nueva Ley de Patrimonio Cultural que viene a actualizar el articulado de la hasta vigente desde 1999.

El nuevo texto normativo, que estuvo a punto de ser aprobado a finales de la pasada legislatura, empieza señalando que el Gobierno de Canarias velará por la investigación, difusión y, en su caso, por el retorno a las Islas de los bienes culturales que se encuentren en el exterior.

También refuerza la idea de cooperación con otras instituciones pues la Ley del 99 se limitaba a remitir los expedientes a la Ley de Régimen Jurídico de las administraciones públicas. Asimismo se introduce el principio de cualificación técnica como vertebrador de la composición de las comisiones insulares y consejos municipales de patrimonio cultural, e igualmente se incorpora la posibilidad de crear comisiones mixtas con confesiones religiosas distintas de la católica.

La nueva Ley de Patrimonio Cultural establece un modelo de bienes de interés cultural (BIC) con el grado máximo de protección así como bienes catalogados. De la misma manera se incluyen todas las manifestaciones patrimoniales, es decir, bienes muebles, inmuebles e inmateriales, además de todos los tipos de patrimonios específicos.

Como consecuencia de ello, se eliminan como instrumentos de protección el inventario de bienes muebles y los catálogos arquitectónicos municipales, prevaleciendo los primeros sobre los segundos.

En cuanto a autorizaciones preceptivas e intervenciones se amplía la regulación de las mismas en bienes muebles e inmuebles con señalamiento de cuál es el contenido mínimo de los proyectos de intervención y la exigencia de técnicos cualificados que los suscriban.

Por otra parte, se crea la inspección periódica de edificaciones para los bienes inmuebles incluidos en algún instrumento de protección, y en los expedientes de ruina debe citarse, como parte interesada, además de a los cabildos a la Comunidad autónoma. Como patrimonios específicos se señalan el arqueológico, el arqueológico subacuático, diversos capítulos diferenciados para el patrimonio industrial y el documental y bibliográfico.

La gestión del sistema de museos recae sobre el Gobierno de Canarias y se crea el registro de museos, adscrito a la misma Administración. Igualmente se detalla el contenido del proyecto para la creación de museos, exigiendo la presentación del plan director de los mismos, es decir, el proyecto arquitectónico, los planes museológico y de gestión, así como los inventarios de fondos, régimen de visitas, estatutos, etcétera.

El nuevo texto normativo en materia de patrimonio cultural incluye también nuevas medidas de fomento como el acceso preferente al crédito oficial o subsidiario a los titulares de los bienes BIC o incluidos en el catálogo insular. También se mejora la regulación del 1% cultural, se integra la difusión, la enseñanza e investigación del patrimonio cultural y se crea el órgano “Protector del Patrimonio Cultural de Canarias”.

Por encima de toda consideración, lo que caracteriza a la nueva Ley de Patrimonio Cultural de Canarias respecto a la de 1999 es su vocación de constituir un marco legislativo que regule las actividades de protección, investigación y difusión de nuestro rico y variado patrimonio cultural en sus diversas manifestaciones.

Se trata de un documento legislativo de imprescindible utilización si tenemos en cuenta que nuestro patrimonio cultural constituye nada menos que el carnet de identidad cultural canario, el conjunto de rasgos naturales y culturales que han caracterizado y caracterizan a nuestra tierra y a su gente y que hemos heredado de padres a hijos a través de los siglos.

En otras palabras, nuestro patrimonio cultural representa la razón principal que alimenta el orgullo de pertenecer a este pueblo atlántico, que tiene mucho camino por recorrer, no pocas dificultades para resolver sus problemas pero también grandes virtudes y grandezas.

Es ese orgullo que surge del conocimiento y conciencia de nuestro rico y variado patrimonio cultural el que nos da valor y fuerza para defender el presente y el futuro de nuestra tierra, para consolidar una sociedad respetuosa consigo misma y con las demás. Un orgullo que nos ayuda a ser solidarios y copartícipes con el resto de los patrimonios culturales del mundo.

(*) Viceconsejero de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias.

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