El teatro en su Día

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¿Por qué dedicar un día mundial del teatro? 

Canarias.- En estos días vuelve a celebrarse con gran alarde mediático el día internacional del teatro. Probablemente, muchos sin saber por qué existe. La idea de tal celebración nació  en 1961 de manos de una ONG, el Instituto Internacional del Teatro (ITI), vinculada desde su misma fundación en 1948 a la UNESCO con la que actualmente sigue trabajando, como organismo asociado, en aplicar la Convención de la UNESCO sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales. Hace 64 años, pues, vieron desde el ITI la necesidad de crear, como apoyo a sus actividades a favor del teatro, un día expresamente dedicado a fomentar en todo el mundo todo su intenso significado. Buscar una fecha podría ser complicado habiendo tantas efemérides históricas para elegir. Se optó por la del 27 de marzo, fecha de inicio de la temporada teatral en el Teatro de las Naciones de París, que se venía celebrando desde 1954 y en el que se pretendía lograr una cierta comunión entre países tras el fin de la II Guerra Mundial y la reconstrucción europea. Uno de los contenidos esenciales desde entonces ha sido  invitar cada año a una personalidad de las artes escénicas a difundir un mensaje en tal sentido que se lee cada 27 de marzo, básicamente sobre un  escenario.

¿Por qué dedicar un día mundial del teatro? Hace un par de años, la directora general de la UNESCO, Irina Bokova –primera mujer que ostenta el cargo-, expresó que el teatro tiene el poder de cambiar, inspirar, transformar y educar en formas en que ninguna otra forma artística puede hacer. Refleja el teatro, tanto la extraordinaria diversidad de culturas como nuestra condición humana compartida, en toda su vulnerabilidad y fortaleza. Si quisiéramos abundar, podríamos acudir al profesor y dramaturgo puertorriqueño José Luis Ramos Escobar que nos recuerda la importancia de celebrar este día tan especial ya que, “El teatro forma parte esencial de la cultura y nos ayuda evaluar al ser humano en sus dimensiones existenciales, políticas, económicas…” añadiendo que “no es solo entretenimiento para los momentos de ocio sino fuente primordial de la interpretación de la vida y de nuestras respuestas a los problemas y dilemas que enfrentamos. Para mí es la mejor alternativa ante la crisis de deshumanización que sufrimos en este tercer milenio.”

La celebración del día mundial del teatro se ha convertido en fiesta para el arte escénico, pero también, motivo de reivindicación del sector frente a la secular situación de crisis y desamparo en que vive. Y no falta quienes, sin importarle el teatro como tal, lo convierten en operativo de marketing para llenar ese día sus salas poniendo la entrada a mitad de precio.  Ir o hablar de teatro atrae mucho y más en estas fechas, cada cual haciendo de su capa un sayo. Quienes opinan que no debería celebrarse el teatro un día sino todo el año, tienen razón. También aquellos que se consuelan de que al menos un día al año, se acuerden de que existe y los valores más que culturales que encierra. Por ello, además de celebrar el teatro en su día como fiesta y reivindicación, hagámoslo también cada día del año defendiéndolo con nuestra asistencia y exigiendo se le apoye en toda su intensidad y diversidad.